Blogia
Sexo para dos

EL PROVINCIANO VIRGEN

EL PROVINCIANO VIRGEN

No sabía nada sobre el contacto físico con mujeres. Jamás pisó un prostíbulo ni ligó con nadie. Todos sus 45 años los dedicó, desde que recordaba, al cuidado de sus hermanos pequeños. Después a trabajar el negocio familiar y el cuidado de sus padres ancianos.

Sus hermanos terminaron de estudiar, se situaron, se casaron y desaparecieron de su vida con un "ahí te quedas con el negocio y nuestros padres", marchándose a vivir a ciudades lejanas y menos provincianas. Ciudades llenas de oportunidades y de vida.

Sus padres envejecieron progresivamente y fallecieron uno tras otra, dejando a nuestro protagonista huérfano y con un negocio familiar que daba lo justa para mal vivir. La típica tienda de casi todo en plan provinciana.

Conocido por mucha gente, de la ciudad y parte de la provincia,  considerado buena persona, pero sin un amigo que llevarse al casino y sin hembra conocida ni probada, nuestro hombre pasaba los días entre la tienda y su casa.... vacía y solitaria. Demasiado grande para él y llena de recuerdos de toda una vida.

Ante tan tremenda soledad sus primas decidieron ayudarle un poco con las tareas de la casa, cosa bien vista por el resto de familiares y convecinos.

Ni cortas ni perezosas sus dos primas segundas, por cierto de muy buen ver y algo más jóvenes que él, se presentaron un sábado por la tarde en la casa. La tienda no abría los sábados por la tarde y pensaron que sería un buen momento para decidir con su primo las tareas a realizar, tales como limpieza, lavado de ropa, plancha y organizar la comida y la intendencia de la despensa para toda la semana.

Un día de la semana, no recuerdo cual, nuestro hombre cerró  la tienda antes de tiempo por la falta de clientela y porque deseaba llegar pronto a casa. Al abrir la puerta de su hogar escuchó risas y voces de sus primas procedentes del baño. Recorrió el pasillo y observó que de la puerta del baño, semi abierta, salía vapor de agua...agua caliente de la bañera, pues los chapoteos y risas prodecían de allí. El buen hombre se asomó ligeramente por la puerta y se dió de cara con sus dos primitas metidas en la bañera y con un cachondeo dentro de su alma que no se tenían. Lejos de sorprenderse, una de ellas se incorporó y apareciendo con algo de espuma sobre su cuerpo invitó al buenazo y virgen de su primo a incorporarse al aseo grupal.

Nuestro hombre, que jamás había visto una tía en pelotas delante de sus narices, se quedo medio gilipollas de la impresión.... porque debemos clarificar que las dos primitas estaban de "toma pan y moja".

Cuando le despelotaron, ambas observaron una polla más dura que el cerrojo de un penal, la cual al más mínimo roce o toque se levantaba como un caballo cordobés...de esos de concurso hípico. Nuestro hombre soportó el aseo y limpieza a que le sometieron sus primas, primero frotándosela, luego aclarándosela con la boca, luego pasando sus lenguas para sacarle brillo y, por último, montándole como dos auténticas jacas de pura sangre.

De esta forma nuestro pobre huérfano se encontró asistido y aseado tres veces por semana, gracias a la buena y solidaria labor y ayuda familiar.

Y es que no hay nada como una buena familia provinciana, unida a pesar de los pesares. Todos deberíamos contar con primas tan solícitas, segundas o terceras...eso da igual, pero primas entregadas a los familiares solitarios y abandonados.

él

 

 

0 comentarios