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Sexo para dos

TU POLLA Y MI DESEO

TU POLLA Y MI DESEO

Hoy me he levantado con imágenes de nuestro encuentro, con deseo en las manos, y tu sabor, en mi boca.

Y al recordarte, se estremece todo mi cuerpo, vuelvo a oír tus gemidos y  veo tus ojos cerrados de placer.

Y me dejo llevar por los recuerdos, y mis manos son tus manos, y mi boca guarda el recuerdo de tu  sabor.

Las imágenes giran, unas tras otras, sin parar, y las disfruto dejándome llevar, acariciando mi cuerpo que fue tuyo, sintiendo tus manos de nuevo en las mías.

Tu cuerpo tumbado todo para mi, mi boca recorriendo cada rincón, lamiendo cada parte de tu ser, tu polla dulce y dura en mis manos, en mi boca, y tus gemidos al  sentir mi lengua recorriéndola toda, llenándola de mi saliva y entrando en mi boca una y otra vez.

Me gusta mirarte cuando estas así, a mi antojo, siendo mío, dejándote hacer, aguantando a placer. Y nada es bastante, nada me cansa; tu cuerpo, tu polla, tu pecho  tu cuello.

Las imágenes vuelven. Yo sobre ti subiendo entre tus piernas, lentamente, y tu mirándome dispuesta a montarte, a sentirte, a hacerte mío, introduciendo tu polla poco a poco dentro de mi, despacio, para hacerla entrar y salir una y otra vez, una y otra vez y verte gemir, resoplar por no aguantar mas.

 

Y te veo, de nuevo encima, mío, sintiéndote fuerte, siendo tu, mandando sobre todo, entrando y saliendo de mi, con mis piernas en tus hombros, mi vagina abierta para ti, esperándote, disfrutando cada una de tus acometidas, cerrando los ojos de placer, creyendo que no aguantare más y deseando no parar.

Y volver a comenzar de nuevo, de nuevo recorrer todo tu cuerpo, a  mi antojo, si parar, sin cansarme de su sabor, disfrutando de cada nuevo rincón, de cada sabor.

De tu polla vencida que renace en mis manos, que se endurece con mi boca, y hasta tu te sorprendes de mi poder, y yo me sorprendo de cuanto me gusta, de no cansarme de ella, y de que sea mía, para mi.

No puedo sino desear poseerla de nuevo, hacerla mía, sentirla dentro de mi, pero mi cuerpo esta extasiado de sensaciones, de placer, de sentir, y los gritos salen de mi boca, con cada movimiento de mi cuerpo sobre ti, y mis piernas tiemblan de placer y de cansancio,  de no poder parar y querer mas, y te ríes de mi locura,  y me miras nunca saciada de ti.

Y a pesar de no poder mas, mi boca busca tu polla, su sabor, su calor solo para mi, y la deseo, y la quiero así, mía, para mi, y tu vuelves a gemir para mi, con mi boca, con mis manos, sin poder casi resistir, y lo intentas y quieres no seguir pero no te dejo escapar, ahora eres mío, para mi.

Y sigues mis movimientos con tus caderas, el entrar y salir de tu polla de mi boca, y tus gemidos son gritos de placer, y en un solo segundo te desmoronas, dejando tu leche para mi, apartas mi cara por miedo a que no me guste, y yo limpio tu leche despacio, a placer, lamiendo tu polla, ahora cansada agotada por mi.

"ELLA" (fuertemente excitada por el recuerdo)

DORMIR

DORMIR

Duermo y siento tus manos en mí, despacio paseando lentamente por mi cuerpo y te dejo hacer.

   Me dispongo a solo sentir, disfrutar, y espero mientras ya disfruto el juego.

   Pasean por mi cintura estas detrás de mi, y poco a poco las vas subiendo, hasta mi pechos, pasando despacio por ellos, como sin querer tocar, la excitación va subiendo y mis pezones reaccionan a tus caricias, y se ponen duros, tu sigues con el paseo por mi cuerpo, subiendo hasta mi cuello, y un escalofrió de placer recorre mi espalda, acaricias mi cuello lentamente, mi nuca y no puedo evitar  gemir de placer.

  Sigues sin parar tus dedos entre mi pelo, giro con el movimiento, mis ojos cerrados de placer, pero tu sigues, te has propuesto recorrer todo mi cuerpo, rincón a rincón, y  yo pienso dejarte hacer, disfrutarlo todo sin esperar.

   Bajas de nuevo tus manos a mis pechos acariciándolos lentamente  y mis pezones siguen excitados por los escalofríos que recorren ya  todo mi cuerpo, oleadas de placer, provocadas por ti, por tus manos, paseando lentamente por el.

  Sigues hasta mi estomago lentamente y arqueo mi espalda de placer, te detienes en mis caderas, justo en ese punto que me hace estremecer, tus manos dibujan en mi cuerpo, figuras imaginarias, recorridos de delicia, y mi mente vuela, con el placer, mi placer tu placer.  Miro tu cara y estas mirándome, siguiendo  cada movimiento, cada gemido sintiendo lo que yo siento formado  parte  de mi piel, y no quieres parar, y no quiero que pares.

  Acercas tus manos a mi sexo despacio alargando cada centímetro de mi piel haciéndome desearlo, gimiendo.

  Mi sexo esta mojado por oleadas de placer que han ido llegando provocadas por ti, por tu manos, te espera abierto para ti, deseando sentir que lo sientas palpitar  juntos al unísono, los dos.

   El solo hecho de llegar hasta él provoca un nuevo gemido, una nueva ola, deseo  querer, y esperar, lentamente, sin prisas, queriendo sentir todo, sin perder un solo segundo de este placer, de tus caricias, de ti.

     Exploras mi sexo, lentamente, queriendo conocer, que tus manos conozcan cada rincón de el, como si fuesen solo uno tus manos y el.

   Mis gemidos van en aumento, así como  el deseo, pero también yo quiero esperar, hacerlo muy despacio, como un recorrido mágico, de cada rincón de mi piel, de su sentir por el contacto con tu piel, con el contacto de tus ojos, de tu aliento en el.

  Los dos estamos muy excitados, y aun así seguimos mirándonos  sin prisas, despacio gimiendo los dos, tus dedos en mi sexo, hacen que no pueda resistir mas,  entran en el, lo exploran hacen que no pueda oponer resistencia, mas.

    No quiero correrme, quiero esperar aguantar mas, sentir mas, pero se  que no podré, no contigo con tus manos en mi, tus ojos tus gemidos y los míos.

   Me miras fijamente  nos miramos los dos, y una sonrisa de placer sale de tu boca, el orgasmo ya no puede esperar, tus dedos, tus manos, tus caricias, tu  mirada y aliento lo acompañan, y no puedo sino dejarme llevar por todo, y sentir, dejar que la corriente me arrastre y  me suba cerrando los ojos,  y aun así  viendo los tuyos en mi.

"Ella"

CINE

CINE

Hacia tiempo que olvidé lo erótico de un cine a oscuras, metiéndote mano en la fila de atrás e intentando no ser sorprendidos.

 Me gusta ir a la sesión golfa, es la mejor hora para ver cine, cuando el día se acaba y tus pensamientos se relajan ante aquella pantalla sin pensar en nada más.

 Como voy sola, siempre me dan asiento de pasillo y… bueno me gusta, es un buen sitio para ver. Esta vez curiosamente algo que no suele suceder pasó; no sé si la chica de ventanilla vendió el asiento al lado del mío, pero allí estaba él. Lo vi llegar cuando ya estaba sentada.  Miró en la fila de los números  impares y me miró. Se acercó y preguntó: “¿es esta la fila de los números pares?”  Y yo con una sonrisa conteste que si, que lo era, “entonces es mi sitio”. Recogí las piernas para dejarlo pasar.

 Comenzaron los anuncios  y la luz bajo solo un poco. El desconocido me sonrió varias veces comentando lo pesado que es ver anuncios hasta en el cine. Me  iba a gustar, pensé, por lo menos parecería simpático.

 

 Comenzó la peli y la luz desapareció. Cada uno nos acomodamos en nuestro sillón.

Me sentía cómoda con  mi acompañante, me inspiró confianza. Cuando su brazo se coloco junto al mío ni si quiera me importo, nos miramos y sonreímos de nuevo los dos.

La peli seguía y su mano acariciaba mi brazo y yo no sabia si reír, o esperar a ver donde llegaba esto, y sin más su mano estaba en mis muslos y decidí que me gustaba y que lo dejaría hacer, así que volví mi cabeza y le sonreí, y su manos empezaron a tocar con más seguridad. Así que me relaje y  pensé en disfrutar de las sorpresas,  una de sus  manos seguía en mi muslo y la otra  por debajo de mi camiseta. La mía se acercaba a su bragueta cuando noté como su polla apretaba por salir de allí. Estábamos solos en la fila pero temía que nos viesen  u oyesen los de  tres filas más atrás, así que intente guardar mi sorpresa ante tal descubrimiento. Él me ayudó con una de sus manos y  baje su bragueta con cuidado. Con su mano, agarro su polla y la saco fuera. La afiancé y sentí el tacto de esa piel tan suave y la dureza  que comenzaba a surgir.

 Sus manos se movían por mi cuerpo como la movilidad de los asientos permitían, y una de ellas había llegado bajo mi falda hasta mi coño, que empezaba a disfrutar de unos dedos que buscaban descubrir cada rincón.

 Nos estábamos calentando mucho y el sitio era incomodo y acercándome le comenté, “vamos al baño” y el me sonrió. Nos tomamos unos segundos para colocar la ropa de una forma mas  o menos correcta y yo salí primero.

El baño estaba subiendo por unas escaleras. Los pasillos se encontraban vacíos por estar proyectándose en todas las salas, así que subí al baño  y lo espere en  la puerta. Dudé durante solo un segundo, porque allí estaba mi desconocido con una cara de sorpresa y deseo que no sabia disimular. Volvimos a sonreír sin decirnos más y entramos en el baño besándonos con placer.  Él me subió en el hueco de los lavabos y bajó mis bragas en un solo movimiento que yo disfrute; sus dedos se movían por mi coño a placer. Allí sentada con  una de sus manos dentro de mi coño y otra  tocando mis pechos comencé a desabrochar su  bragueta de nuevo y esta vez sin ayuda. Saque su polla y volví a comprobar su rigidez, pero solo un segundo porque él se agachó y comenzó a comer mi coño a placer. No puede sino abrir más las piernas y evitar gemir, porque aquello me estaba provocando oleadas de placer que me acercaban al orgasmo y el lo sabia , y comía mi clítoris sin parar, y su lengua emanaba calor, sabia que no podría mas, así que me acomode  y me propuse disfrutar.  El orgasmo llegó en solo unos segundos  y corrientes de placer subían por mi cuerpo erizando mis pezones, haciendo que espalda se arquease. Él sonreía mirándome cuando abrí los ojos, mostraba su polla dura, esperándome, bajé y me coloqué ante él, y sin dudarlo comencé a tocarla palpándola, mirándola y calibrando cuanto me iba a durar. Estaba mojada y vibraba con el tacto de mis manos. Acerqué mi boca y la probé, el soltó un gemido y sonreí para mis adentros, así que me dispuse a comerme aquella polla toda mía.

  La  lamí suavemente  a lo largo y agarré sus huevos con una mano, mientras con la otra la sostenía para poder pasar mi lengua por toda. Cuando estaba mojada de fluidos junto con mi saliva la acerque a mi boca y  lentamente la introduje. Él se  arqueó al sentirla dentro de mi boca; la chupaba despacio saboreándola, me gustaba su sabor y sentirla vibrar dentro. Fluidos escapaban de ella y sabía que si seguía así no duraría mucho más. Lo mire a los ojos semicerrados por el placer, con  su polla dentro de mi boca  y decidí seguir. Así  que  empecé a lamerla de nuevo pero mas rápido introduciéndola después en mi boca,  una y otra vez, lamía su capullo pasaba la lengua por su tronco y la introducía a fondo, el gemía ya sin parar,  empecé a apretarla con mi boca una vez dentro de mi, y a sacarla despacio y volverla a introducir,  los fluidos se escapaban, sin parar ya, iba  a correrse , metía y sacaba  su polla de mi boca, deprisa, sin parar, y  por un segundo sentí como se endurecía aun mas, vibrando  y saliendo su leche, el gemía, aguantando el sonido y yo lamía a placer.

Limpie toda esa polla, dsifutandola y el me miro mientras lo hacia.

 Nos dejamos el número de móvil, a ambos nos gusta tanto el cine…

ELLA.

MUJER CERCANA A LOS 50 BUSCA POLLA JOVEN

MUJER  CERCANA A LOS 50 BUSCA POLLA JOVEN

La mujer desnudó su cuerpo para recibir al contacto del chat. Ambos estaban ansiosos por conocerse después largas charlas nocturnas, de miradas a sus cuerpos a través de las cam. Rondaba los cincuenta y era mucho el tiempo que no recibía afecto ni abrazos de nadie. Aquel hombre era más joven que ella y sin mucha experiencia en mujeres; lo había confesado en sus conversaciones intimistas.

Abrió la puerta y observó la cara de sorpresa del muchacho, un joven de apenas 20 años que contempló su cuerpo sin salir de su asombro, con la mirada clavada en sus redondos y grandes pechos. Daba por sabido que tendría que enseñarle y trabajarle a placer. Su inexperiencia era manifiesta. Se quedó de pie esperando no sabía qué....hasta ver como ella le despojaba de la ropa y le acariciaba hablando sin cesar, intentando calmar su nerviosismo. Le invitó a tocar sus pechos, acariciar sus pezones mientras bajaba los pantalones y dejaba al descubierto una polla dura y a punto de caramelo. Sin poder resistirse se arrodilló y frotó el miembro entre sus grandes pehos. Después agarrando los testículos del joven y con la polla frente a su boca la chupó con ansia. Sabía que era la primera vez que el muchacho recibía una mamada y no pudo resistir ni un segundo.... un chorro de semen penetró hasta su garganta mientras él lanzó un grito de placer. Siguió chupando, metiendo todo el semen en su boca y jugando con la polla que se mantenía dura. Se produjo un segundo orgasmo y el semen se darramó por sus labios y garganta.... el muchacho se mantenía de pie temblando de placer, mientras ella era consciente de que aquella polla sería su instrumento sexual, su juguete.

Después de ducharse y observar que el joven mantenía su polla dura, le colocó un preservativo y le invitó a tomarla por detrás, mostrándole su sonrosada vagina abierta y húmeda. Ante el nerviosismo del chaval, le ayudó a meter la dura polla dentro y le indicó cómo debería moverse, acompasando sus movimientos. Él mantenía el ritmo mientras sus testículos rozaban en cada movimiento el clítoris de la mujer. Ella gimió y grito en cada orgasmo mientra el chaval no paraba de penetrar y correrse tres veces seguidas. La polla se fue agotando, llegando a desinflarse progresivamente. El preservativo estaba a reventar de esperma. Al quitárselo comprobó en tamaño del pene flaccido. Era de buen calibre.

El tiempo se terminaba y él debía marchar. Quedaron citados para el fin de semana. Tenía mucho que enseñarle y quería probar muchas cosas con aquella polla inexperta pero incansable.

Mientras.... seguiría buscando pollas jóvenes en el chat. Eran las únicas que le aseguraban momentos continuos de placer.

Él

 

La Secretaria Solícita??

La Secretaria Solícita??

Estaba siempre dispuesta a solucionar aquellos problemas de trabajo que nadie quería acometer. Responsable, concentrada en sus tareas y capaz de cambiar el chip de un asunto a otro.... era deseaba por todos los jefes de departamento de la empresa.

No se quejaba si le solicitaban hacer más horas de las debidas; al contrario... siempre solícita a quitar sobrecarga de trabajo a los compañeros. Estaba destina en mi departamento y jamás ocasionó ningún problema, salvo la envidia de otros departamentos. La confianza de la dirección autorizó que tuviese acceso directo al edificio. Era la única empleada sin cargo que disponía de tarjeta del edificio y llave de la planta.

Alguien me comentó que había sido vista algunos días festivos entrar en las oficinas, quedarse durante mañanas o tardes y días enteros, salir a comer algo en un restaurante cercano y volver de nuevo al trabajo. Nadie le ordenó hacer semejantes trabajos en dias no laborables.

Un día festivo me acerqué por el dificio de la empresa. Las luces de la cuarta planta estaban encendidas. Con la tarjeta de control abrí  la entrada al edificio, accedí a los ascensores y subí a la planta iluminada. Con sigilo recorrí los pasillos hasta el despacho de las secretarias. La puerta estaba entreabierta. Miré al interior y mis ojos no daban crédito a lo que veía....la secretaria solícita se encontraba colocando archivos, trasladando documentos a las carpetas correspondientes y atendiendo a lo que listaba la impresora....pero....¡¡totalmente despelotada!!! y con un cuerpo capaz de desatar los instintos, deseos y de resucitar a un muerto. Sin hacer ruido me trasladé a mi despacho.

Sentado ante mi mesa de trabajo pensé en la posibilidad  de trabajar con ella aquel día. Le di vueltas a la cabeza y surgió la estrategia a seguir. Me desnudé por completo. Me senté de nuevo en el sillón y por el teléfono marqué el número interior de ella. Respondió de inmediato: "¿Sí? dígame".

A mi requerimiento entró en mi despacho, tal como su madre la parió, sin sorprenderse al verme en igual estado de desnudez. Se acercó sonriente a la mesa con su cuaderno de tomar notas. Pedí unos listados de pedidos en curso y que me ayudase a ordenar mi despacho. Salió con su sonrisa permanente y volvió a los pocos minutos con los listados solicitados. Después me comentó la posibilidad de cambiar alguno de los muebles y archivos del despacho. Nos pusimos manos a la obra. Empujamos algunos muebles, levantamos otros para cambiarlos de sitio mientras nuestros cuerpos se rozaban. Ella observó mi polla que cada vez estaba más tiesa. Comentó que si necesitaba un "relax" no tendría inconveniente en proporcionármelo.

Cuando me quise dar cuenta estaba sentado en mi cómodo sillón mientras ella agarró mi polla y comenzó a lamerla con mucha suavidad. Hacía tiempo que no disfrutaba de una mamada como aquella..... larga y con una eyaculación tranquila, sin parar de chupar y lamer. Limpió el semen del pene y siguió manipulando muy suavemente.

La hora de la comida se acercaba. Consintió en que la invitase a comer para regresar después y "seguir trabajando".

Charlamos animadamente durante la comida. Me contó la razón por la que trabajaba algunos sábados y festivos. Le gustaba estar sola y encontraba muy erótico el trabajar desnuda, sin sentirse observada. Mi llegada aquella mañana no le sorprendió en absoluto. Sabía que algún día podría ser sorprendida en la oficina y en ese estado por mí. Le excitaba la idea y suponía que no habría inconveniente alguno por mi parte. No se equivocó.... no pensé poner inconvenientes a los trabajos festivos.

De regreso a la oficina no dejamos de mirarnos a los ojos. En el ascensor metí mi mano en su falda hasta llegar a su coño. Estaba caliente y húmedo, sin bragas y con un vello abundante. Toqué su culo y ella agarró mi sexo.

Una vez en el despacho nos desnudamos. Se tumbó sobre la mesa dejando a la vista su culo abierto, invitando a que la penetrase por donde me apeteciera. Mi polla, dura como una piedra, entró en su vagina mientras ella lanzó un gemido de placer diciendo: ¡¡fóllame...fóllame... no pares...sigue!!

Se corrió varias veces de seguido mientras  empalmé un polvo con el siguiente. Despues de mis dos orgasmos ella seguía pidiendo más sexo.... mi polla no se reponía y comenzó a desinflarse. Por su parte conté siete orgasmos por lo menos. Además de eficiente en el trabajo era una eficiente máquina de follar.

Durante el resto de la tarde y hasta el anochecer me la puso dura varias veces y tumbándome en el suelo me montó siempre que quiso. Era un espectáculo ver como  me follaba, retorciendo su cuerpo de placer, mientras mis manos jugaban con sus preciosos y tersos pechos. Agotado le pedí un descanso, pero se negaba a ello. Frotaba mi pene flaccido contra su clítoris y seguía obteniendo orgasmos. Jugaba con mis testículos entre su vagina. Lamía mi pecho y me comía a besos. Era la mujer ideal para el sexo, sin egoismos ni pudores.

En los lavabos me limpio la polla dolorida de tanto trajín. No contenta con eso, y al ver que se endurecía ante sus manos, me hizo la última mamada de la tarde. Creí morir de placer mientras ella jugaba en su boca con la polla que soltaba semen en pleno orgasmo. De nuevo volvió a limpiar mi sexo.

Después de lavarse delante de mí comentando lo feliz que se sentía, se vistió. Yo permanecía desnudo y regresamos a mi despacho. Mientras me vestía planeamos los días que podríamos vernos....pero no en la oficina. Eso suponía siempre el riesgo de ser sorprendidos por alguien de la dirección general. Quedamos para el siguiente domingo.... alquilaríamos un apartamento por horas, toda una mañana o todo el día...siempre podría poner alguna excusa en mi casa. Ella no tenía problemas, vivía con su madre y su hermana. Podría salir sin problemas.

En la calle la noche invitaba a pasear. Después de una hora de besos y conversación se metió en un taxi. Yo recorrí el resto del camino andando, pensando en las casualidades de la vida. Ahora no temía que la trasladasen de departamente. Ahora era mía, sexualmente hablando. Era discreta.

  Él

 

EL TRIO

    No sabía por qué acepté participar; no solía hacerlo. Sólo con gente del círculo de conocidos. Debió ser la casualidad. Así que sin saber cómo estaba allí con los dos, iniciándolos en el arte de sexo. Era algo que no me gustaba, trabajo sin satisfacción normalmente, pero había dicho sí y cumplí con mi palabra

.

    Estaban los dos muy parados, indecisos; posiblemente planteándose de nuevo por qué estaban allí, pero no les dejaría ir, no, no sin hacer mi trabajo, enseñarles todo y bien.

 

  Les pedí que fuesen desnudándose despacio, mientras paseaba entre ellos evaluando, tocando y comenzando el juego de la excitación.

 

   Comencé a tocarlos e hice que se tocasen; durante todo el rato tuve que dirigir y observar para que sus manos aprendiesen…. fueran expertos en el arte de acariciar.

 

   “Así, despacio, sintiendo cada rincón, cada contacto con la piel”  y ellos obedecían, eran buenos alumnos.

 

  Las caricias fueron calentando sus cuerpos y empecé a tocar el sexo de ambos. Él tenia una polla fuerte, joven y que hacia rato estaba dura; el coño de ella estaba totalmente rapado y  húmedo, lo miré con detalle, me gustaba el coñito de aquella chica; mirándolo  bien, no estaba tan mal, iba a disfrutar de dos jóvenes inexpertos y les enseñaría a sacar jugo al placer.

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  Comencé a comerle la polla  al muchacho mientras ella miraba con curiosidad y excitada por mi otra mano que  acariciaba aquel coñito húmedo. Dejé la polla del muchacho a punto de caramelo e invité a la chica a continuar chupándosela, con suavidad, mientras yo me daba la vuelta para comerme aquel jugoso coñito rapado, cosa que le hizo gemir de gusto.

 

Acerqué mi culo al muchacho y  le pedí que tocase mi coño desde atrás, diciéndole cómo tenia que tocar:”así, mete tus dedos, mientras tocas aquí, justo aquí”. Tengo que reconocer que los chicos se esforzaban por aprender.

 

  Poco a poco los gemidos y flujos empezaron a surgir. Acercándome al chico de nuevo, las dos le comimos la polla lamiéndola a dos lenguas, sin parar, hasta que la leche  lleno nuestras bocas y rostros. Era joven y tardaría poco en reponerse.

 

Mientras le pedía la chica que me comiese el coño, “así acércate, si, con la lengua, si, justo ahí”. Él miraba y por señas le pedí que hiciese lo mismo con ella; así que acabamos gimiendo las dos, comidas y limpias tras el orgasmo que esas lenguas produjeron en cada uno de nosotras.

 

   Para entonces la polla del muchacho volvía a estar prepara y las ganas de probarla también.

 

  “Ven tumbate, vas a probar algo que te gustara”. Las dos nos dedicamos  a lamer aquel cuerpo mientras lo dedos de él entraban de un coño a otro, moviéndose sin parar.

 

   Acerqué a la chica, “ven vas a aprender a montar” y agarrando la polla apuntó hacia aquel  coñito  joven y la hizo bajar, despacio, para introducirla toda.

La chica gemía y él empezó a moverse primero despacio, para ir acelerando sus movimientos poco a poco.

    Mientras me coloqué justo a la altura de su cara, mostrándole mi coño con sus jugos y le pedí que me lamiera y comiera el coño maduro y jugoso. El muchacho accedió.

 

Los gemidos aumentaban y el chico daba placer a dos coños sin parar. Ver sus movimientos, entrando y saliendo  de aquel coño joven, mientras me comía el mío me excitaba…. Sí… estaba disfrutando de los dos.

 

   Ella no aguantó mas, los gemidos  y sus caras lo decían, así que sólo quedaba dejarse llevar y  lo hice…. y los dejé. La polla entraba y salía sin parar, ella con los ojos cerrados casi gritaba y aquella lengua comía mi clítoris que ya estaba duro a más no poder.

 

Verlos así, a punto me daba mucho placer. Era mi trabajo y los había enseñado bien.

 

   Sentí los gritos de ella, mientras él seguía moviéndose sin parar, no duraría mucho más, la corriente de los orgasmos nos embargó, poco a poco uno tras otro alcanzamos el clímax juntos en la cama, cuerpos mezclados, sudor y flujos, sonreíamos cansados de hacer disfrutado de la lección.

ELLA.

EL PROVINCIANO VIRGEN

EL PROVINCIANO VIRGEN

No sabía nada sobre el contacto físico con mujeres. Jamás pisó un prostíbulo ni ligó con nadie. Todos sus 45 años los dedicó, desde que recordaba, al cuidado de sus hermanos pequeños. Después a trabajar el negocio familiar y el cuidado de sus padres ancianos.

Sus hermanos terminaron de estudiar, se situaron, se casaron y desaparecieron de su vida con un "ahí te quedas con el negocio y nuestros padres", marchándose a vivir a ciudades lejanas y menos provincianas. Ciudades llenas de oportunidades y de vida.

Sus padres envejecieron progresivamente y fallecieron uno tras otra, dejando a nuestro protagonista huérfano y con un negocio familiar que daba lo justa para mal vivir. La típica tienda de casi todo en plan provinciana.

Conocido por mucha gente, de la ciudad y parte de la provincia,  considerado buena persona, pero sin un amigo que llevarse al casino y sin hembra conocida ni probada, nuestro hombre pasaba los días entre la tienda y su casa.... vacía y solitaria. Demasiado grande para él y llena de recuerdos de toda una vida.

Ante tan tremenda soledad sus primas decidieron ayudarle un poco con las tareas de la casa, cosa bien vista por el resto de familiares y convecinos.

Ni cortas ni perezosas sus dos primas segundas, por cierto de muy buen ver y algo más jóvenes que él, se presentaron un sábado por la tarde en la casa. La tienda no abría los sábados por la tarde y pensaron que sería un buen momento para decidir con su primo las tareas a realizar, tales como limpieza, lavado de ropa, plancha y organizar la comida y la intendencia de la despensa para toda la semana.

Un día de la semana, no recuerdo cual, nuestro hombre cerró  la tienda antes de tiempo por la falta de clientela y porque deseaba llegar pronto a casa. Al abrir la puerta de su hogar escuchó risas y voces de sus primas procedentes del baño. Recorrió el pasillo y observó que de la puerta del baño, semi abierta, salía vapor de agua...agua caliente de la bañera, pues los chapoteos y risas prodecían de allí. El buen hombre se asomó ligeramente por la puerta y se dió de cara con sus dos primitas metidas en la bañera y con un cachondeo dentro de su alma que no se tenían. Lejos de sorprenderse, una de ellas se incorporó y apareciendo con algo de espuma sobre su cuerpo invitó al buenazo y virgen de su primo a incorporarse al aseo grupal.

Nuestro hombre, que jamás había visto una tía en pelotas delante de sus narices, se quedo medio gilipollas de la impresión.... porque debemos clarificar que las dos primitas estaban de "toma pan y moja".

Cuando le despelotaron, ambas observaron una polla más dura que el cerrojo de un penal, la cual al más mínimo roce o toque se levantaba como un caballo cordobés...de esos de concurso hípico. Nuestro hombre soportó el aseo y limpieza a que le sometieron sus primas, primero frotándosela, luego aclarándosela con la boca, luego pasando sus lenguas para sacarle brillo y, por último, montándole como dos auténticas jacas de pura sangre.

De esta forma nuestro pobre huérfano se encontró asistido y aseado tres veces por semana, gracias a la buena y solidaria labor y ayuda familiar.

Y es que no hay nada como una buena familia provinciana, unida a pesar de los pesares. Todos deberíamos contar con primas tan solícitas, segundas o terceras...eso da igual, pero primas entregadas a los familiares solitarios y abandonados.

él

 

 

I N S I N U A C I O N E S

I N S I N U A C I O N E S

     Nada más entrar en la cafetería mi mirada se poso en  ti. No sé bien por qué te había visto antes, tú y yo nos cruzamos varias veces en los pasillos del centro y nos habíamos mirado; al menos eso recordaba yo. Ignoro si tú me recordabas igual.

 

    Durante el desayuno tú estabas frente a mí, en la barra, yo sentada con las demás chicas, riendo y  comentando como habían ido nuestros días hasta hoy.

 

  Te miré varias veces, de arriba abajo, evaluándote y en una de esas miradas me miraste; cruzamos las miradas y las mantuvimos los dos, yo sonreí y mire fijamente.

 

     Poco después ambos de nuevo volvíamos a mirar, a insinuar, a comenzar el juego.

 

Y en cada una de esas miradas, que ya buscábamos los dos, los gestos nos acompañaron,  mi sonrisa de nuevo, tu mirar de hombre y la  insinuación, todo  estaba servido.

 

     Entramos en el salón, separados por gente, amigos,  sin embargo nuestras miradas  iban juntas, tu mirada y mi sonrisa.

 

     Te sentases unas filas mas atrás, creo que para dominar con tu mirada; me sentí  seguida por ella, observada, y disfrute de sentirlo.

 

  Seguimos la charla, aplaudimos y cuando me levanté tus ojos seguían mi camino. Noté tu mirada en mí, siguiendo  mi andar, examinando mi cuerpo, como los míos siguieron  el tuyo. Al volver hiciste tu paso mas lento, lo vi.

 

      A la salida hablabas con tus compañeros; yo con las mías, y jugamos a acercarnos los dos.

 

  Me acerqué a tu grupo, sonreí  y roce mi cuerpo con tu brazo. Te giraste  a mirar a fondo mis ojos, creo que sorprendido, y me seguiste. Fui a beber y dejé que me esperases, mirando mi cuerpo, lentamente; sentía tu mirada paseándose por mí y el juego se convertía en placer.

 

    Cuando levante mi cara el agua caía de mi boca hacia mi cuello y  dejé que siguieses el recorrido con tu mirada, pasando la mano por mi boca sintiendo tu deseo de que esa fuese tu mano; fueron solo unos segundos pero sentí tu deseo y el mío.

 

    Me gustan estos juegos y te dejaste llevar, rozaste de nuevo mi cuerpo, como sin querer;  y de nuevo el placer de jugar, de insinuar.

 

  Al irnos nos miramos una vez más y  yo espere, mantuve tu mirada hasta el final y tu, con cara de perder, te alejaste, mientras yo sonreía. Había sido un bonito juego, con emoción; lástima no poder seguir, me hubiese gustado.

 

Y  algo me hace pensar que también a ti. Quien sabe, quizás. Quizás otra vez.

 ELLA